Ser mamá es un viaje maravilloso, pero también desafiante. Recuerdo cómo me sentía hace unos meses: abrumada, corriendo de un lado a otro, sin tiempo para mí y con la sensación de que siempre me faltaban horas en el día. Fue entonces cuando decidí hacer un cambio. Empecé a observar a mujeres que admiraba, madres exitosas que parecían tenerlo todo bajo control. Descubrí que su secreto no estaba en hacer más, sino en hacer mejor.


Un gran ejemplo de esto es Huda Kattan, la creadora de Huda Beauty. Como madre, empresaria y referente en el mundo de la belleza, ha demostrado que el equilibrio es posible con buenos hábitos. En varias entrevistas ha compartido cómo la planificación, el autocuidado y la disciplina han sido clave en su éxito personal y profesional.


Hoy quiero compartir contigo los 7 hábitos que han cambiado mi vida y que pueden ayudarte a encontrar ese equilibrio que tanto buscamos. 


Hábitos Poderosos que no te Puedes Perder


1. Despertar Antes que Todos

Las primeras horas del día son un tesoro. Despertar antes que mi familia me ha permitido comenzar mis mañanas con calma y sin prisas. En lugar de levantarme corriendo y reaccionando a las necesidades de los demás, ahora tengo un momento solo para mí. Aprovecho este tiempo para respirar, escribir en mi diario, organizar mis pensamientos y disfrutar de un café en silencio. Esta simple práctica me ayuda a estar más centrada, mejorar mi estado de ánimo y encarar el día con mayor claridad y energía.


2. Planificar la Noche Anterior

No hay nada peor que empezar el día con caos. Antes de irme a dormir, dejo listas las mochilas de los niños, organizo mi ropa y anoto las tareas más importantes para el día siguiente. También hago una pequeña revisión mental de cómo quiero que fluya mi día. Este hábito no solo me ahorra tiempo en la mañana, sino que me da paz mental y me ayuda a dormir mejor, sabiendo que ya tengo un plan estructurado.


3. Mover mi Cuerpo Todos los Días


No se trata de hacer entrenamientos intensos (a menos que quieras), pero sí de incorporar el movimiento en mi rutina de manera natural y constante. A veces es una caminata al aire libre mientras escucho un podcast, una sesión corta de yoga o bailar con mis hijos en la sala. El ejercicio no solo mejora mi energía, sino que también me ayuda a liberar el estrés y mantener un estado de ánimo positivo. Es un acto de amor propio que se refleja en todas las áreas de mi vida.


4. Seguir Aprendiendo


Como mamás, a veces nos enfocamos tanto en nuestras familias que nos olvidamos de nosotras mismas. Pero crecer y aprender es esencial para sentirnos realizadas. Me he propuesto alimentar mi mente todos los días: ya sea escuchando un audiolibro mientras cocino, tomando un curso online que me interese o simplemente leyendo antes de dormir. La educación continua no solo expande mis conocimientos, sino que también me mantiene motivada e inspirada para alcanzar nuevas metas.


5. Pasar Tiempo de Calidad con mi Familia


No se trata de estar todo el día con ellos, sino de hacer que el tiempo que compartimos sea realmente significativo. En un mundo lleno de distracciones, decidí establecer momentos sin pantallas para conectar de verdad. Ya sea jugando juntos, teniendo conversaciones en la cena o leyendo un cuento antes de dormir, estos pequeños gestos crean recuerdos inolvidables y fortalecen nuestro vínculo familiar.


6. Practicar el Autocuidado sin Culpa


Por mucho tiempo sentí que tomarme un tiempo para mí era egoísmo, pero entendí que una mamá feliz es una mejor mamá. Ahora disfruto de pequeños rituales que me ayudan a recargarme: una mascarilla facial mientras leo un libro, un baño relajante con música suave o simplemente unos minutos de meditación. Aprendí a priorizarme sin sentirme mal por ello, porque cuando yo estoy bien, todo a mi alrededor fluye mejor.


7. Dejar de Buscar la Perfección


Este ha sido uno de los hábitos más liberadores. Aprendí a soltar la culpa y a aceptar que no todo tiene que ser perfecto. Habrá días en los que la casa estará desordenada, las tareas queden pendientes o simplemente no logre hacer todo lo que tenía planeado, y eso está bien. En lugar de exigirme tanto, ahora me enfoco en lo que realmente importa: estar presente y disfrutar el proceso, sin compararme ni autosabotearme.


Estos hábitos me han permitido vivir con más equilibrio y felicidad. No se trata de hacerlo todo, sino de encontrar lo que realmente funciona para ti. Cada pequeña mejora suma y, con el tiempo, verás una gran diferencia en tu bienestar.


Y aquí va un dato curioso: Según estudios, las personas que planifican su día la noche anterior son un 25% más productivas. ¡Así que si hay un hábito con el que podrías empezar hoy, ese es!


Ahora dime, ¿cuál de estos hábitos te gustaría probar primero? ¡Te leo en los comentarios!


Dato curioso: Según un estudio de la Universidad de Harvard, las personas que establecen una rutina matutina estructurada tienen un 60% más de probabilidades de sentirse productivas y felices a lo largo del día. ¡Iniciar tu mañana con intención puede marcar la diferencia en tu vida!